Fernando Savater, escritor y filósofo español dedica un ensayo a su hijo adolescente, Ética para Amador (1991) con el fin de orientarlo a buscar la buena vida tras el aprendizaje y uso racional de la libertad, haciéndole querer elegir lo que conviene para mantener la convivencia en comunidad, el respeto hacia los demás, ganar el respeto ajeno y sentirse bien consigo mismo, sin perturbar a nuestra conciencia. Savater mantiene un tono coloquial, muestra humor y casos de la historia universal para despertar la conciencia ética en su hijo. Consciente de la difícil tarea pide paciencia a Amador para que le deje exponer sus ideas y le aconseja para provecho de estas lecciones que confíe en sí mismo, su inteligencia y su instinto del amor. Savater quiere hacer ver a su hijo que la ética forma parte de todo impulso vital, canalizado por el saber elegir de las buenas acciones. Le motiva a tender a la virtud tras el sesudo análisis de las consecuencias o provecho que originará su comportamiento, para él y su entorno.
El saber práctico para la vida: La ética brinda la posibilidad de distinguir entre lo bueno y lo malo como lo conveniente frente a lo no conveniente, se elige como actuar con libertad en respuesta a las situaciones que nos acontecen. Savater retoma el principio del imperativo categórico de Kant, que se obedece porque la acción está prescrita como buena en sí misma y el reconocerlo es natural a la conciencia humana. La ética se toma como un ejercicio práctico para reconocer la virtud o el defecto de las acciones que están en potencia en el devenir de nuestra conducta y que tenemos la oportunidad de moderar al tamiz de la ética, porque esto es un rasgo que nos identifica como humanos.
Savater hace hincapié en la autoridad y el peso moral de los mandatos, si son órdenes, se les puede acatar por temor al castigo o por la esperanza de un premio, si son costumbres se les puede seguir por evitar salirse de la norma de la comunidad, estas vienen de fuera de nuestra conciencia y voluntad; mientras los caprichos y antojos vienen de dentro. La razón a la que debe apelar Amador es lo que evitará que sea esclavo del vicio, deberá seguir las acciones buenas en sí mismas como resultado del cultivo de su reflexión sobre sus acciones y lo que lo mueve a realizarlas.
La buena vida se basa en la dignidad: Savater apela a la conciencia de Amador a no tomar por buena vida el poder por sí mismo, solo para acumular posesiones, controlar a individuos y ser temido de otros, eso no es la buena vida porque la carencia de respeto y amor espontáneo de los demás es irremplazable. El ejemplo a evitar es el caso del ciudadano Kane de Orson Welles, que sacrifica las relaciones humanas por el dinero y muere extrañando recuperar su trineo Rosebud que tuvo de niño, en vez de sus costosas riquezas. Las órdenes criminales solo merecen desobediencia pues contravienen el deber ser del objetivo de vivir camino al desarrollo de la humanidad. La conciencia enseña como medir el uso de la libertad, permite escoger el camino con creatividad, la reflexión ayuda porque vivimos en un mundo de lenguaje, el que constantemente aprendemos en nuestra vida cotidiana, así la libertad es decidir y darse cuenta de qué se está decidiendo. Enseña que vivir bien consiste en tratar a las personas como seres humanos, con dignidad, preocupándose por ellas, por lo que quieren y necesitan en vez de aprovecharse de ellas para obtener dinero y poder. Se recibe lo que se siembra en la vida, las personas maltratadas difícilmente retornarán amor, si no es maltrato indiferencia. Rebajar la existencia es vivir subordinando las relaciones humanas al interés material, lo que lleva a dejar de cultivarlas, a mediatizarlas sin valorar al ser humano por sí mismo, como parte de una comunidad que interactúa y responde a estímulos favorables o adversos.
Acercarse a la conciencia del otro: Los seres humanos están hechos iguales en dignidad pero mantienen diferencias culturales que son necesarias respetar para sostener el dialogo; la diversidad y pluralidad de modos de vida no necesita de un brusca allanamiento para hacerse entender, las diferencias enriquecen la calidad de vida. La persona con gusto moral se siente responsable de sus actos, y tiene asco de la inmoralidad; el que no siente esto es un imbécil en cuanto a moral, al margen de sus habilidades en cualquier otro campo. El remordimiento es el descontento causado por la conciencia hace ver el error de haber obrado mal, y a mayor reflexión nos damos cuenta de que nos alejamos del modo de conseguir la buena vida. La libertad hace ver el mérito o la culpa de nuestros actos, y configura un rostro del individuo para con la sociedad por actuar bien o mal. La caída en el vicio puede surgir de buscar un placer egoísta en lugar de saber disfrutar de lo que nos rodea, pero la tendencia a las malas acciones también es propia del ser humano, así que nadie debe ser juzgado definitivamente malo, hay mayor virtud en redireccionar al hombre equivocado, en llevarlo a la convivencia con el grupo humano en vez de despreciarlo y castigarlo. Inferir el valor de los derechos humanos supone un reto para el hombre, no basta con promulgarlos, hay que hacerlos valer porque son un imperativo categórico, y al llegar a vislumbrar la idea del bien se entenderá que este don es colectivo, que hay una relación de sinergia (importa más el todo en interacción con todas sus partes que estas asiladas) en el bienestar del planeta y la humanidad, las carencias de otros tarde o temprano van a repercutir en los más favorecidos, el daño a una región del planeta por apartada que esté de la civilización llegará a afectar a la biósfera en su conjunto. Con esta conciencia que sabe hacernos poner en el lugar del otro evitaremos opacar la alegría de la vida haciendo que cada individualidad participe en la comunidad política de hombres basada en la libertad, la justicia y la asistencia.
Conclusión: Savater abre la conciencia de Amador hacia la asimilación de la ética, haciéndole ver que la moral y el recto proceder de las acciones no tienen porque formar parte del lado aburrido de la vida. El escritor quiere que su hijo tome la ética como parte de su vida, que construya su imagen ante la comunidad basado en la libertad de saber elegir la virtud desatendiendo los excesos que malogran las relaciones humanas. Descubre una causalidad por la interacción de todos los eventos y acciones humanas en el mundo, el mal y el egoísmo solo apartan al hombre del beneficio de la vida en comunidad, así como las decisiones políticas y el cuidado del medio ambiente tienen un efecto global; el descuido y el perjuicio de una región se vuelve hacia todo el planeta.
Savater quiere que el adolescente desarrolle su inteligencia ética, para encaminar sus actos según el saber vivir bien en comunidad de seres humanos.
lunes, 2 de agosto de 2010
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