jueves, 21 de mayo de 2009

Hagamos un trato - Mario Benedetti

Viceversa

Mario Benedetti

 

Tengo miedo de verte

necesidad de verte

esperanza de verte

desazones de verte

tengo ganas de hallarte

preocupación de hallarte

certidumbre de hallarte

pobres dudas de hallarte

 

tengo urgencia de oírte

alegría de oírte

buena suerte de oírte

y temores de oírte

 

o sea

resumiendo

estoy jodido

                          y radiante

quizá más lo primero

que lo segundo

y también

                      viceversa.

 

Táctica y estrategia

Mario Benedetti

 

Mi táctica es

           mirarte

aprender como sos

quererte como sos

mi táctica es

           hablarte

y escucharte

construir con palabras

un puente indestructible

 

mi táctica es

quedarme en tu recuerdo

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

pero quedarme con vos

 

mi táctica es

           ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos

simulacros

para que entre los dos

no haya telón

           ni abismos

 

Mi estrategia es

en cambio

más profunda y más

           simple

 

Mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites.

 

(Seré curioso)

 

En una exacta

foto del diario

señor ministro

del imposible

 

vi en pleno gozo

y en plena euforia

y en plena risa

su rostro simple

 

seré curioso

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe

 

de su ventana

se ve la playa

pero se ignoran

los cantegriles

 

tienen sus hijos

ojos de mando

pero otros tienen

mirada triste

 

aquí en la calle

suceden cosas

que ni siquiera

pueden decirse

 

los estudiantes

y los obreros

ponen los puntos

sobre las íes

 

por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe

 

usté conoce

mejor que nadie

la ley amarga

de estos países

 

ustedes duros

con nuestra gente

por qué con otros

son tan serviles

 

cómo traicionan

el patrimonio

mientras el gringo

nos cobra el triple

 

cómo traicionan

usté y los otros

los adulones

y los seniles

 

por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe

 

aquí en la calle

sus guardias matan

y los que mueren

son gente humilde

 

y los que quedan

llorando de rabia

seguro piensan

en el desquite

 

allá en la celda

sus hombres hacen

sufrir al hombre

y eso no sirve

 

después de todo

usté es el palo

mayor de un barco

que se va a pique

 

seré curioso

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe.

 

 

 

 

¿Qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de paciencia y asco?

¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?

también les queda no decir amén

no dejar que les maten el amor

recuperar el habla y la utopía

ser jóvenes sin prisa y con memoria

situarse en una historia que es la suya

no convertirse en viejos prematuros

 

¿qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de rutina y ruina?

¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?

les queda respirar / abrir los ojos

descubrir las raíces del horror

inventar paz así sea a ponchazos

entenderse con la naturaleza

y con la lluvia y los relámpagos

y con el sentimiento y con la muerte

esa loca de atar y desatar

 

¿qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de consumo y humo?

¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?

también les queda discutir con dios

tanto si existe como si no existe

tender manos que ayudan / abrir puertas

entre el corazón propio y el ajeno /

sobre todo les queda hacer futuro

a pesar de los ruines de pasado

y los sabios granujas del presente.

 

 

 

 

 

 

Ah ¿quién me salvara de existir?

Fernando Pessoa

 

Dijo el fulano presuntuoso /

hoy en el consulado

obtuve el habitual

certificado de existencia

 

consta aquí que estoy vivo

de manera que basta de calumnias

 

este papel soberbio / irrefutable

atestigua que existo

 

si me enfrento al espejo

y mi rostro no está

aguantaré sereno

despejado

 

¿no llevo acaso en la cartera

mi recién adquirido

mi flamante

certificado de existencia?

 

vivir / después de todo

no es tan fundamental

lo importante es que alguien

debidamente autorizado

certifique que uno

probadamente existe

 

cuando abro el diario y leo

mi propia necrológica

me apena que no sepan

qu estoy en condiciones

de mostrar dondequiera

y a quien sea

un vigente prolijo y minucioso

certificado de existencia

 

existo

luego pienso

 

¿cuántos zutanos andan por la calle

creyendo que están vivos

cuando en rigor carecen del genuino

irremplazable

soberano

certificado de existencia?

 

El cuento es muy sencillo

usted nace

contempla atribulado

el rojo azul del cielo

el pájaro que emigra

el torpe escarabajo

que su zapato aplastará

valiente

 

usted sufre

reclama por comida

y por costumbre

por obligación

llora limpio de culpas

extenuado

hasta que el sueño lo descalifica

 

usted ama

se transfigura y ama

por una eternidad tan provisoria

que hasta el orgullo se le vuelve tierno

y el corazón profético

se convierte en escombros

 

usted aprende

y usa lo aprendido

para volverse lentamente sabio

para saber que al fin el mundo es esto

en su mejor momento una nostalgia

en su peor momento un desamparo

y siempre siempre

un lío

 

entonces

usted muere.

 

El sur también existe

 

Con su ritual de acero

sus grandes chimeneas

sus sabios clandestinos

su canto de sirenas

sus cielos de neón

sus ventas navideñas

su culto de dios padre

y de las charreteras

con sus llaves del reino

el norte es el que ordena

 

pero aquí abajo abajo

el hambre disponible

recurre al fruto amargo

de lo que otros deciden

mientras el tiempo pasa

y pasan los desfiles

y se hacen otras cosas

que el norte no prohibe

con su esperanza dura

el sur también existe

 

con sus predicadores

sus gases que envenenan

su escuela de chicago

sus dueños de la tierra

con sus trapos de lujo

y su pobre osamenta

sus defensas gastadas

sus gastos de defensa

con sus gesta invasora

el norte es el que ordena

 

pero aquí abajo abajo

cada uno en su escondite

hay hombres y mujeres

que saben a qué asirse

aprovechando el sol

y también los eclipses

apartando lo inútil

y usando lo que sirve

con su fe veterana

el Sur también existe

 

con su corno francés

y su academia sueca

su salsa americana

y sus llaves inglesas

con todos su misiles

y sus enciclopedias

su guerra de galaxias

y su saña opulenta

con todos sus laureles

el norte es el que ordena

 

pero aquí abajo abajo

cerca de las raíces

es donde la memoria

ningún recuerdo omite

y hay quienes se desmueren

y hay quienes se desviven

y así entre todos logran

lo que era un imposible

que todo el mundo sepa

que el Sur también existe

 

Los formales y el frío

Quién iba a prever que el amor, ese informal

se dedicara a ellos tan formales

 

mientras almorzaban por primera vez

ella muy lenta y él no tanto

y hablaban con sospechosa objetividad

de grandes temas en dos volúmenes

su sonrisa, la de ella,

era como un augurio o una fábula

su mirada, la de él, tomaba nota

de cómo eran sus ojos, los de ella,

pero sus palabras, las de él,

no se enteraban de esa dulce encuesta

 

como siempre o como casi siempre

la política condujo a la cultura

así que por la noche concurrieron al teatro

sin tocarse una uña o un ojal

ni siquiera una hebilla o una manga

y como a la salida hacía bastante frío

y ella no tenía medias

sólo sandalias por las que asomaban

unos dedos muy blancos e indefensos

fue preciso meterse en un boliche

 

y ya que el mozo demoraba tanto

ellos optaron por la confidencia

extra seca y sin hielo por favor

cuando llegaron a su casa, la de ella,

ya el frío estaba en sus labios ,los de él,

de modo que ella fábula y augurio

le dio refugio y café instantáneos

 

una hora apenas de biografía y nostalgias

hasta que al fin sobrevino un silencio

como se sabe en estos casos es bravo

decir algo que realmente no sobre

 

él probó sólo falta que me quede a dormir

y ella probó por qué no te quedas

y él no me lo digas dos veces

y ella bueno por qué no te quedas

de manera que él se quedó en principio

a besar sin usura sus pies fríos, los de ella,

después ella besó sus labios, los de él,

que a esa altura ya no estaban tan fríos

y sucesivamente así

mientras los grandes temas

dormían el sueño que ellos no durmieron.

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