lunes, 8 de marzo de 2010

Nicolás Guillén

No sé por qué piensas tú...


No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.

Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?

Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.

Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.

Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú...
¡no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!




De: Obra poética 1920-1972


Motivos de son



AYÉ ME DIJERON NEGRO

Ayé me dijeron negro
pa que me fajara yo;
pero e’que me lo desía
era un negro como yo.
Tan blanco como te bé
y tu abuela sé quién é.
Sácala de la cosina,
Mamá Iné.
Mamá Iné, tú bien lo sabe,
Mamá Iné, yo bien lo sé;
Mamá Iné te llama nieto.
Mamá Iné.


TÚ NO SABE INGLÉ

Con tanto inglé que tú sabía,
Vito Manué,
con tanto inglé, no sabe ahora
decir yé.
La mericana te buca,
y tú le tiene que huí;
tu inglé era de etrai guan,
de etrai guan y guan tu tri.

Vito Manué, tú ni sabe inglé,
tú no sabe inglé,
tú no sabe inglé.

No te enamore má nunca,
Vito Manué,
si nos abe inglé,
si no sabe inglé.


MI CHIQUITA

La chiquita que yo tengo,
tan negra como é,
no la cambio po ninguna,
po ninguna otra mujé.

Ella laba, plancha, cose,
y sobre tó, caballero,
¡cómo cosina!

Si la bienen a buscá
pa bailá,
pa comé,
ella me tiene que lleva,
o traé.
Ella me dise: mi santo,
tú no me puede dejá;
bucamé,
bucamé,
pa gosá.



NICOLÁS GUILLÉN

Vine en un barco negrero...



Vine en un barco negrero.
Me trajeron.
Caña y látigo el ingenio.
Sol de hierro.
Sudor como caramelo.
Pie en el cepo.

Aponte me habló sonriendo.
Dije: -Quiero.
¡Oh muerte! Después silencio.
Sombra luego.
¡Qué largo sueño violento!
Duro sueño.
La Yagruma
de nieve y esmeralda
bajo la luna.

O´Donnell. Su puño seco.
Cuero y cuero.
Los alguaciles y el miedo.
Cuero y cuero.
De sangre y tinta mi cuerpo.
Cuero y cuero.

Pasó a caballo Maceo.
Yo en su séquito.
Largo el aullido del viento.
Alto el trueno.
Un fulgor de macheteros.
Yo con ellos.
La Yagruma
de nieve y esmeralda
bajo la luna.

Tendido a Menéndez veo.
Fijo, tenso.
Borbota el pulmón abierto.
Quema el pecho.
Sus ojos ven, entán viendo.
Vive el muerto.

¡Oh Cuba! Mi voz entrego.
En tí creo.
Mía la tierra que beso.
Mío el cielo.
Libre estoy, vine de lejos.
Soy un negro.
La Yagruma
de nieve y esmeralda
bajo la luna.



Caminando



Caminando, caminando,
¡caminando!
Voy sin rumbo caminando,
caminando;
voy sin plata caminando,
caminando;
voy muy triste caminando,
caminando.
Está lejos quien me busca,
caminando;
quien me espera está más lejos,
caminando;
y ya empeñé mi guitarra,
caminando.
Ay,
las piernas se ponen duras,
caminando;
los ojos ven desde lejos,
caminando;
la mano agarra y no suelta,
caminando.
Al que yo coja y lo apriete,
caminando,
ése la paga por todos,
caminando;
a ése le parto el pescuezo,
caminando,
y aunque me pida perdón,
me lo como y me lo bebo,
me lo bebo y me lo como,
caminando,
caminando,
caminando...



NICOLÁS GUILLÉN







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